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miércoles, 28 de enero de 2015

Peaky Blinders

 
Peaky Blinders es una serie de drama histórico inglesa creada por Steve Knight. La serie se emite únicamente en Reino Unido en el canal BBC Two y está protagonizada principalmente por Cillian Murphy, Sam Neill, Helen McCrory, Paul Anderson, Joe Cole y Annabelle Wallis.
La serie nos cuenta la vida de una familia de gángsteres de Birmingham en el año 1919, y de cómo su líder Thommy Shelby (Cillian Murphy) intenta salir adelante en la vida, y sacar a su familia de los negocios ilegales para vivir mejor legalmente. Aunque para ello tenga que robar, extorsionar, secuestrar, matar... Todo eso, además de evitar que el nuevo inspector de la policía (Sam Neill) acabe con él.

La serie cuenta con dos temporadas, y una tercera confirmada, de seis capítulos cada una. La trama empieza bien en su capítulo piloto, y vamos viendo a lo largo de la primera temporada que lleva un buen desarrollo. Sin embargo, la idea de que la trama principal es de muy corto recorrido y de que no pueden estirarla mucho empieza a surgir en nuestro interior a medida que avanzan los episodios. Si los guionistas la estiran mucho la serie pierde toda su agilidad y quedaría sosa y aburrida. ¿La única solución? Una temporada corta. Hasta ahí perfecto. Pero si tienen que hacer una segunda temporada, ¿sobre que podría ser, si la trama ya ha terminado? La respuesta está en el quinto capítulo de la primera temporada. La historia principal, el aliciente de la serie, llega a su fin, y solo queda un capítulo para lo que viene siendo el gran final, el cual es perfecto. Pero sin embargo, algo tiene que ocurrir para que otra trama empiece para una segunda temporada. Y es en el quinto capítulo cuando con un giro argumental, los guionistas intentan crearla. Sin embargo, su gran idea queda en el plot twist más triste y patético que he visto nunca (bueno, igual no tanto, pero es de los peores).

¿Resultado? Una segunda temporada de trama más que floja basada en una venganza pobre y sin sentido, además de un ligero sentimiento de vergüenza ajena hacia los guionistas tras esa escena del quinto episodio.
Pero no queda ahí, puesto que el giro argumental de la segunda temporada en su último capítulo es del estilo. Si, cierra completamente la trama, pero no sabes por donde piensan tirar en su tercer temporada. Sinceramente, bajo mi punto de vista, la serie tendría que haber acabado con ese final de su segunda temporada. Solo que cambiando levemente la última escena para cerrar bien.

Llegados a este punto, tal vez os estáis preguntando que para qué ver la serie. La respuesta es sencilla. Helen McCrory. McCrory no solo crea uno de los mejores personajes de la serie, si no que nos regala una de las mejores interpretaciones de la serie capítulo tras capítulo. Ella y Cillian Murphy levantan Peaky Blinders cuando la trama no logra hacerlo. Porque a pesar de tener un buen reparto en general, y un gran equipo técnico tras las cámaras que nos mete de lleno en el Reino Unido de la época entre guerras, son Murphy y McCrory los que realmente nos incitan a seguir viéndola.

En el lado contrario, nos encontramos con Sam Neill, quien nos incita a dejar de serie con su enorme sobreactuación y su patético personaje, que se hunde más y más a medida que avanza la serie. Si es que eso es posible.


En definitiva, Peaky Blinders es una serie mediocre con buenas interpretaciones en general y una gran ambientación del siglo XX, pero que, sin embargo, podría ser mucho mejor. No se si veré su tercera temporada, pero de hacerlo, solo espero que sea mejor que la segunda.

Ibai Rolando