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martes, 17 de marzo de 2015

Glee-bye. It's been an honour


Glee, la dramedia musical de Fox llega a su final este viernes tras seis años en antena. Y lo primero que quiero hacer, es dar las gracias. Gracias a los creadores, Ryan Murphy, Ian Brennan y Brad Falchuk, y por supuesto a todo el reparto de la serie todos estos años. Lea Michele, Cory Monteith, Dianna Agron, Chris Colfer, Amber Riley, Jenna Ushkowitz, Kevin McHale, Mark Salling, Naya Rivera, Heather Morris, Harry Shum Jr., Darren Criss, Chord Overstreet, Lauren Potter, Matthew Morrison, Jane Lynch, Jayma Mays, Dot-Marie Jones, Iqbal Theba, Vanessa Lengies, Samuel Larsen, Becca Tobin, Melissa Benoist, Jacob Artist, Blake Jenner, Alex Newell, Billy Lewis Jr., Laura Dreyfuss, Noah Guthrie, Samantha Marie Ware y Marshall Williams. Gracias por hacer posible esta serie que tanto me ha ayudado a mi y a otros muchos millones de personas.


Gracias por hacer posible una serie que como dijo Chris Colfer, dio voz a millones de personas que no la teníamos, por enseñarnos a querernos a nosotros mismos para empezar, por enseñarnos a ser nosotros mismos sin importarnos lo que los demás piensen y digan, y por hacernos creer en nosotros mismos. Como el personaje de Lea Michele, Rachel Berry, dice en el primer episodio, formar parte de algo especial, te hace especial, y a muchos nos hubiese gustado formar parte de algo especial en el instituto, aunque para ello tengamos que fingir lo que no somos. Y lo primero que nos enseñó Glee es que no tiene sentido el que nos quieran si no es por lo que de verdad somos.
Mejor ser especial por ser nosotros mismos, que por lo que los demás quieren que seamos. Y quiero darles las gracias por darme el más básico de mis principios, ser honesto conmigo mismo.

Pero eso no es lo único que la serie musical nos ha enseñado a los Gleeks. Y es que si por algo me gusta y me ha enamorado Glee, es por el fiel reflejo que hace de los problemas adolescentes, y el cómo te ayuda a superarlos. Puede que sea la primera serie que se centra en las personas que nadie se fija de un instituto, y que cuando se fijan, es para hacerles la vida imposible. Centrándose principalmente en el acoso escolar, Glee ha repasado la mayoría de los problemas por los que muchos hemos tenido que pasar. Y quien diga que esos problemas no se reflejan realmente en la adolescencia hoy en día, que eso no ocurre en los institutos, como me dijo a mi una profesora hace unos años, sinceramente, es porque no ha vivido ese lado de la secundaria, que lo que no he vivido yo, he visto cómo lo han vivido otros.


Sinceramente, Glee es la terapia perfecta para cuando estás perdido en la vida, deprimido, o simplemente has tenido un mal día. Y no solo por la sonrisa que te va a sacar en ese momento, porque la sonrisa perdurará un tiempo.
También quiero dar las gracias a Glee por la fuerza que me han dado para creer en mí mismo, en mis sueños, y para luchar por ellos. Porque mientras que antes me dejaba llevar por las opiniones del resto, ahora hago caso omiso, y no dejo que nadie me diga de que soy capaz y de lo que no, de lo que puedo lograr en la vida, y de lo que no. HELL TO THE NO. Porque mi vida es mía, y solo yo se lo que quiero hacer con ella y a lo que puedo aspirar con ella. Así que gracias por darme la fuerza para escribir y publicar mis dos novelas.

Y es que cuando estás en lo más bajo de tu vida, cuando no paras de preguntarte para qué estás aquí, cualquier palabra buena que te digan, cualquier ánimo que te den, lo recibes con una sonrisa y una gratitud casi eterna. Y que de repente aparezca como de la nada una serie llena de personajes que te entienden más que nadie de tu alrededor y que te anima no solo a seguir con tu vida, si no a mejorarla, y que te enseña todo lo que vales y puedes hacer... simplemente llega a tu corazón, y le tendrás una gratitud eterna.

Porque puede que Glee no sea la serie perfecta. Tramas que de repente desaparecen sin más explicación que algunos personajes desaparecidos, algún capítulo más que de relleno y completamente absurdo... pero eso no quita para que hayamos reído, llorado, y cantado junto a ellos en más de una ocasión. Y ahí está otra de las razones por las cuales quiero agradecerles, la música. Gracias a ellos he conocido cientos de canciones, cantantes y grupos, que de otra manera no hubiese hecho, me han dado un gusto musical que antes no tenía, y sus versiones y mash-ups quedarán para siempre en mi corazón. Bueno, algunas, que también han cantado cosas que se podrían haber ahorrado.


Han sido seis años que muchos de nosotros nunca olvidaremos, por todo lo que ha significado, significa, y significará. Una serie así siempre es y será necesaria en la televisión. Que haga críticas sobre cualquier situación de la sociedad para hacer del mundo un lugar mejor. Que enseñe que hay que respetarse unos a otros, y a nosotros mismos, a luchar por nuestros sueños, y a quedarnos con las cosas buenas de la vida y olvidar las malas. Y si es con humor, mejor que mejor. Seis años que llegan a su fin, pero el glee club nunca acabará porque siempre estará en nuestros corazones. Muchas gracias.









Ibai Rolando